Categoría: Sustentabilidad

El Océano Pacífico es el cuerpo de agua más grande del mundo, con una superficie de más de 165 millones de kilómetros cuadrados, cubriendo más de la tercera parte de la superficie de la Tierra y siendo de los recursos naturales más importantes para los países que lo circundan.

Cumple un rol crucial en la regulación del clima del planeta, ya que actúa como un gran regulador térmico, absorbiendo y distribuyendo calor a través de las corrientes oceánicas, lo que contribuye a la mantención de las temperaturas estables en todo el mundo.

Es hogar de una gran variedad de especies marinas, así como también de especies únicas y endémicas, abarcando desde pequeños microorganismos hasta enormes ballenas. Por ejemplo, la Gran Barrera de Coral en Australia, que es el hogar de miles de especies de peces, moluscos y otros animales marinos,  como es el caso de una gran cantidad de ballenas jorobadas que migran desde las frías aguas del norte hacia el ecuador para reproducirse y alimentarse.

Sin embargo, esta biodiversidad está en riesgo debido al cambio climático y sus efectos en el medio ambiente marino. El aumento de la temperatura del agua está causando la muerte masiva de corales y otros organismos, el aumento del nivel del mar está afectando la capacidad de las especies de moverse hacia nuevos hábitats, el cambio en las corrientes oceánicas está impactando en la alimentación de muchos organismos, lo que a su vez afecta a los ecosistemas en los que viven.

Otro riesgo importante del cambio climático en el Océano Pacífico es la acidificación del agua. El aumento en la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera está haciendo que el agua del mar sea más ácida. Esto hace que sea más difícil para organismos marinos, como moluscos y crustáceos, construir sus conchas y esqueletos, lo que afecta su supervivencia y la de la cadena alimentaria.

Estos cambios pueden tener efectos desastrosos en la vida marina y para quienes dependemos de ella, desde la alteración de los ciclos de vida de las especies que la conforman hasta la disminución de la población de peces y la degradación de los ecosistemas que se forman en este cuerpo de agua. 

Es importante entonces, tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global para proteger el Océano Pacífico y garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Además, se necesitan políticas públicas y regulaciones que promuevan prácticas sostenibles y responsables tanto para la ciudadanía como para la industria.  Esto incluye la promoción de la pesca responsable, la protección de ecosistemas marinos y la reducción de la contaminación. 

La biodiversidad del Océano Pacífico es una de las más importantes del mundo, este espacio es vital para la salud del planeta y un recurso natural imprescindible para la supervivencia de muchas especies, pero está en riesgo debido al cambio climático del que todos somos responsables.

Preguntas para reflexionar: 

1. ¿Cómo afectaría a tu comunidad el efecto del cambio climático en el océano Pacífico?
   
2. ¿Qué medidas podrías tomar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de proteger el océano Pacífico?
   
3. ¿Qué políticas públicas y regulaciones se han realizado en las últimas décadas para promover prácticas sostenibles y responsables en tu país?

La minería es una actividad económica fundamental para Chile y el mundo, pero su impacto en el medio ambiente y en las comunidades locales no puede ser ignorado. Uno de los principales problemas es la gran cantidad de agua que requiere para sus procesos. En Chile, la minería utiliza el 3% del agua total disponible en el país, y dentro de esta cifra, el 18% corresponde a aguas continentales, el 6% a aguas de mar y el 76% a aguas recicladas. De los procesos que utilizan agua, el primero de ellos corresponde al proceso de extracción, y posterior fragmentación de rocas llamado Chancado (pueden conocer más acerca de la ciencia detrás de este proceso en el experimento Chánkkay), en este se utiliza un 5% del agua total.

Posterior al Chancado, dependiendo del tipo de mineral que se esté procesando, se puede pasar a dos tipos de procedimiento, uno de ellos es el área concentradora en la que gracias a las diferentes interacciones intermoleculares el mineral puede ser separado gracias a un proceso de flotación

este proceso es el área que más utiliza agua en la minería, utilizando un 64% del agua total. El segundo tipo de procedimiento utilizado es el área de hidrometalurgia, el  que utiliza el 14% del agua total, aquí los minerales primero pasan por un proceso de lixiviación que corresponde a disolver con agua y ácido sulfúrico el mineral disponible desde las rocas fragmentadas del chancado, obteniendo como producto una disolución de sulfato de cobre, que luego pasa a un proceso de electro obtención, en el que por medio de una reacción química de tipo REDOX logra convertirse en cobre metálico (puedes conocer más acerca de la ciencia detrás de este proceso en el experimento De la roca al tesoro).

Además de la gran cantidad de agua que utiliza la minería, esta actividad también genera una gran cantidad de Gases de Efecto Invernadero (GEI). En 2019, Chile registró emisiones de GEI de 16.366 toneladas de CO₂ obtenidas de los procesos mineros, con un 38,2% de emisiones directas y un 61,8% de emisiones indirectas. La región de Antofagasta es la que más emisiones tiene, con un 57,3% del total. De los procesos mencionados previamente, el área de concentración causa un 33,7% del total de las emisiones

Para abordar estos desafíos, la gestión hídrica y la reducción de GEI son fundamentales. En Chile, las empresas mineras han estado trabajando para mejorar el rendimiento del agua y se observa una evolución positiva en los indicadores de la gestión hídrica, especialmente para la recirculación del agua. Además, el país ha implementado políticas y planes para mejorar la sostenibilidad del sector minero y reducir su impacto ambiental, como el Programa Nacional de Alta Ley, el proyecto “Cobre Responsable” y la iniciativa “Conceptos de Eco Minería”.

El concepto de “Minería Verde” también se ha desarrollado como una técnica que busca promover la eficiencia en la utilización de materiales, agua y energía para reducir la huella ambiental de los ciclos de vida de los productos a base de minerales. La implementación de prácticas verdes en la minería puede mejorar la calidad de vida de las comunidades locales, reducir la contaminación y el uso de recursos naturales, y promover el desarrollo sostenible. 

La industria minera tiene un papel crucial en la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que está relacionada con varios de estos objetivos, incluyendo la erradicación de la pobreza, el trabajo decente, la igualdad de género y, lo más importante, abordar sus impactos ambientales y garantizar un crecimiento económico sostenible. Para lograr estos objetivos, se necesita una industria minera responsable y sostenible que minimice los impactos negativos y maximice los beneficios locales. En definitiva, la minería debe evolucionar hacia una actividad más sostenible que beneficie tanto a las empresas como a las comunidades y al medio ambiente.

Pregunta para reflexionar: 

¿De qué manera creen que la implementación de prácticas verdes en la minería puede mejorar la calidad de vida de las comunidades locales y reducir la contaminación y el uso de recursos naturales?

Bibliografía:

D. Vela-Almeida, M. León y J. L. Lewinsohn, “Indicadores de sostenibilidad en la minería metálica”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2021/47), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2021

Dirección de Estudios y Políticas Públicas (2020). Consumo de agua en la minería del cobre al 2019. Comisión Chilena del Cobre.

Dirección de Estudios y Políticas Públicas (2020). Emisiones de gases de efecto invernadero directos e indirectos en la minería del cobre al año 2019. Comisión Chilena del Cobre.

Lagos, G., Blanco, H., Torres, V., & Bustos, B. (2001). Minería, Minerales y Desarrollo Sustentable en Chile. Minería, Minerales y Desarrollo Sustentable en América del Sur.

Viajar en avión es una posibilidad cada vez más cercana para las personas. Vuelos más económicos, más destinos posibles de visitar han hecho que el número de pasajeros se haya disparado en los últimos años, y esta es una tendencia que se mantendrá en el futuro. 

IATA, la Asociación Internacional de la Aviación, estima que la cantidad de pasajeros transportados se duplicará para el año 2037, llegando a 8.200 millones al año. El fabricante de aviones Boeing prevé que habrá una demanda de más de 42.700 nuevas aeronaves durante los próximos 20 años, mientras que Airbus (otro fabricante de aviones) tiene una estimación similar.No obstante la aeronáutica civil (el transporte de pasajeros en avión) se enfrenta al desafío de compatibilizar su desarrollo con el cuidado del medio ambiente. Se estima que alrededor del 2% de las emisiones totales de CO₂ corresponden al transporte aéreo, y de hecho la Unión Europea se ha planteado que las emisiones de CO₂ producidas por este sector disminuya en un 75% al 2050.

La industria aeronáutica ha estado buscando formas de reducir su huella de carbono y una de las soluciones que se ha propuesto es el uso de biocombustibles. Analicemos algunas ventajas y desventajas de su uso en esta industria.

Ventajas

Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero

El uso de biocombustibles en la industria aeronáutica puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% en comparación con los combustibles fósiles, según un estudio de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Esta reducción se debe a que los biocombustibles emiten menos dióxido de carbono durante su producción y combustión.

Menor dependencia de los combustibles fósiles

Los biocombustibles son producidos a partir de materiales orgánicos, como plantas y desechos orgánicos, lo que significa que no dependen de los combustibles fósiles. Esto puede ayudar a reducir la volatilidad de los precios del petróleo y a garantizar un suministro más estable de combustible a la industria aeronáutica.

Mejora de la imagen de la industria

El uso de biocombustibles puede mejorar la imagen de la industria aeronáutica y su compromiso con la sostenibilidad y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto puede ser beneficioso para las empresas que buscan atraer a los consumidores que están cada vez más preocupados por el impacto ambiental de sus decisiones de compra.

Desventajas

Competencia con la producción de alimentos

Uno de los principales problemas del uso de biocombustibles es que pueden competir con la producción de alimentos y, por lo tanto, aumentar los precios de los alimentos. Las plantas utilizadas para producir biocombustibles también podrían utilizarse para producir alimentos, lo que podría tener un impacto negativo en la seguridad alimentaria en países con altos niveles de pobreza y malnutrición.

Uso de tierras y agua

La producción de biocombustibles requiere grandes extensiones de tierra y grandes cantidades de agua. Esto puede tener un impacto negativo en el medio ambiente y en la disponibilidad de agua para otros fines, como la producción de alimentos y el consumo humano.

Altos costos de producción

El costo de producción de biocombustibles es más alto que el de los combustibles fósiles debido a los altos costos de producción y transformación de las materias primas. Esto podría limitar su uso en la industria aeronáutica y aumentar los precios de los pasajes de avión.

Para reflexionar:

¿Qué ventajas y desventajas crees que tiene el viajar en avión en comparación con otros medios de transporte?

¿Crees que los biocombustibles son una alternativa real a los combustibles fósiles en la industria aeronáutica?

¿Qué otras opciones podrías proponer para reducir las emisiones de CO₂ asociadas a los viajes en avión?